En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Martes 23 Abril 2024

Cuarta semana de Pascua

Palabra del día
Evangelio de Juan 10,22-30

Lazo

Los dirigentes del pueblo expresan un sentimiento, un estado mental, una seguridad política bien precisos y los expresan con las palabras: ¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? El verbo es àiro,  “levanto, engancho, tengo suspendido; sujeto, llevo fuera, elimino, quito, mato”. La etimología acadia ba’aru indica el asir al anzuelo, el estrechar al lazo, el encastrar sin vías de fuga. Los dirigentes del pueblo bien expresan, en su pregunta, el miedo más grande: con Jesús vivo, con Jesús presente, que obra, que camina y habla en sus plazas, sienten el alma-el-sistema-de-pensamiento suspendido. Se sienten develados en su hipocresía, descubiertos en su ineficacia, desenmascarados como depredadores del pueblo en su sistema de ventajas. Se sienten puestos en una trampa por Jesús, en el lazo de sus palabras, bloqueados por su claridad. Entonces presentan a Jesús – que podría ser para ellos finalmente la vía de la luz, el abrazo de la verdad, y al contrario lo usan como su vía sin salida, el lazo mortal – la pregunta de preguntas; y la puntuación de esta afirmación está hecha ya de los clavos de la cruz: Si eres el Mesías, dilo abiertamente.
Jesús no tenía escapatoria. Si respondía “sí, lo soy” no le hubieran, de todas maneras, creído y habría motivado en ellos el odio más absoluto, si hubiese dicho “no, no lo soy” se hubiera dado del mentiroso, y de todas maneras hubiera confirmado, a sus orejas, ser nada delante de ellos. En cualquier caso Jesús es transformado en el enemigo numero uno y reducido a un nada insignificante.
Los dirigentes del pueblo los clavos plantarán, ilegitimarán la figura y la persona de Jesús en todas las formas, pero un hecho queda: nadie les había nunca puesto el lazo ni los había acorralado en aquel modo, ninguno jamás los había desenmascarado tan simplemente y sin vías de fuga. A lo largo de la historia de la humanidad, los clavos para Jesús están siempre listos, pero también el lazo del Señor ya está a los pies de todos los depredadores de la humanidad, y no habrá escape.