En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Viernes 19 Abril 2024

Tercera semana de Pascua

Palabra del día
Evangelio de Juan 6,52-59

Alethès, verdadero

Juan pone en los labios de Jesús los términos "carne" y "sangre", mientras en los otros evangelistas y en San Pablo el término eucarístico es "cuerpo". El término "carne" es más antiguo y se remonta al hebreo basàr, regularmente traducido por los Setenta con el griego sàrx, e indica no solo la parte carnosa del cuerpo, sino el individuo por completo, el entero ser viviente, toda la persona. La expresión bíblica "toda carne" indica los seres vivientes en su totalidad, con sus manifestaciones, sus maneras de actuar y de ser; "comer la carne" de Jesús significa entonces nutrirse de la plenitud de toda su persona divina y humana. Juan pone el comer-beber la carne-vida-sangre de Jesús como la única manera para quedarse en Él y para que Él permanezca en nosotros.
Jesús habla de su carne y de su sangre, es decir de toda su persona y de toda su manera de ser, como alimento y como bebida, poniendo al lado de los términos alimento y bebida un adjetivo: verdadero.
Alethés, "verdadero" justamente, indica también "válido, justo camino, norma interior, veracidad, realidad innegable de hecho". En su etimología significa: "aquello que no está escondido". La raíz indoeuropea de alethès es ladh, de donde el latino làteo, "estoy escondido" y la raíz griega lath-/leth-, "estar escondido". El adverbio griego làtre quiere decir "escondidamente, a escondidas". En acadio se halla latum, "cubrir", que vuelve a aflorar en la raíz hebrea lwt, "cubrir, esquivar las miradas". Con el alfa privativo de alethès se entiende "aquello que se puede atestiguar porque se estaba presentes". Verdad en el sentido de "sin mentira y engaño". De hecho el adjetivo alethès se refiere a aquel al cual las cosas no han sido ocultadas y que, recordando, atestigua con veracidad; aquel que es verdadero, sincero. Es el verdadero, es el seguro, el fiable, es la efectiva realidad que se opone al concepto de imagen y apariencia. Es aquel que tiene consistencia, autenticidad, aquel que merece confianza, fidelidad, es el auténtico ser, es la verdad, la realidad.
En este sentido Jesús afirma y anuncia a la humanidad que todos los otros alimentos, todas las otras formas de alimentación psíquicas y espirituales, a las cuales el hombre hace referencia, son no-auténticas, falsas, no-verdaderas, porque no proveen de la energía útil y dedicada que nosotros necesitamos. Las otras alimentaciones que el hombre toma como referencia están miserablemente retardando y debilitando a todos los niveles todo posible verdadero progreso del hombre hacia una vida verdaderamente evolucionada y noble.