En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 3 Diciembre 2018

Primera semana de Adviento

Palabra del dia
Evangelio de Mateo 8,5-11

Vendré y lo sanaré

Literalmente al versículo 7 está escrito: Yo, siendo venido, lo sanaré. Dos verbos: èrchomai, “vengo, alcanzo, penetro, pongo el pie, regreso a”, y therapèuo – de origen sánscrita, con el significado radical de “tener, mantener en vida” –, “cuidar, servir; socorrer, asistir; curar, sanar”, para sintetizar estupendamente la obra, la tarea, el mandato, la misión de Jesús: venir a nosotros y socorrernos, visitarnos y sanarnos, habitar con nosotros y sanarnos, permanecer con nosotros para mantenernos en vida.
La presencia de Jesús es siempre sanadora y terapéutica, taumatúrgica y sanante. Permanecer en Jesús con el pensamiento y con el corazón es siempre, antes de todo, curante y resanante. El evangelio, si entendido correctamente, es antes de todo un libro de instrucciones para el medicamento de cualquier herida y enfermedad del hombre, es un texto curativo, terapéutico, una inspiración divina para sanarse y restablecer el hombre desde dentro. Jesús ha venido a visitar la tierra con su encarnación para sanar a la humanidad a todos los niveles y en todas sus dimensiones, para levantarla hacia una estupenda evolución. La humanidad ha contestado a Jesús matándolo dos veces y la segunda ha sido más perversa y violenta que la primera. La primera muerte procurada a Jesús ha sido clavarlo sobre una cruz, la segunda anunciar y considerar el evangelio como un texto para fundar una nueva religión, de las instituciones y de las jerarquías, omitiendo de hacerlo conocer al mundo como el libro de la salud y del gozo. Esto ha sido la más alta traición del evangelio y de Jesús.
Pero ninguna violencia y ninguna traición, ningún engaño, ninguna potencia sobre la tierra podrá nunca parar el mandato divino que Jesús encarna en su misericordia y en su compasión infinita. Jesús vendrá, vendrá y nos sanará todos, sanará a todos los que habrán decidido en su propio corazón de hacerse sanar por el Señor de la vida, para una vida nueva y maravillosa.