En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Miércoles 3 Abril 2019

Cuarta semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Juan 5,17-30

El Tejedor

Jesús afirma: «Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo». Pero ¿cuál es la obra de Dios? ¿En qué sentido Dios trabaja y también Jesús trabaja sin descanso? ¿Con qué propósito?
El verbo que Jesús utiliza para el obrar de Dios es ergàzomai, “trabajo, elaboro, practico, causo; compongo, tejo”. El valor originario de ergàzomai se conecta a la tejedura, a un trabajo de conexión, de hilatura de elementos para formar una unidad, para dar cuerpo a un objeto. Es la acción final del enlace, de la conexión de las partes. Del hebreo arag, “tejer”, y ereg, “tejedura”, a su vez del acadio rakasu, “conectar, fabricar, preparar”.
Este es el trabajo de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Paráclito: la tejedura. Una tejedura infinita, paciente, fantasiosa, incalculable, invisible, omnipresente para reconducir todo y cada cosa a la unidad, al uno del amor. Cada evento, accidente, drama, imprevisto, alegría, sorpresa, espera, sueño, fuga, miedo, deseo, dolor, nostalgia, en las manos de Dios está tejido hacia la unidad, hacia el uno, de todas maneras. Nada se perderá, nada de todo aquello que ocurre, ocurre por casualidad o por nada. La tejedura de Dios no cesa jamás de seguirnos amorosamente, instante a instante, en cada paso y pensamiento. La tejedura del Amor no tiene pausas de misericordia, no concede descanso a la fantasía y no conoce disminución de pasión y compasión. Satanás nos empuja a la separación, nos fuerza al juicio, nos provoca a hacer y a hacernos el mal, nos obliga a combatirnos continuamente, y continuamente Dios Amor teje todo y siempre hacia la unidad y la unión. La obra de Dios, la acción de Dios no puede moverse contra la libertad del hombre, pero en todo momento se dedica a tejer continuamente todo lo vivido hacia la construcción de la unidad, de la armonía.
Todos nosotros podemos, en cada instante, en cada elección, en cada diálogo interior favorecer la obra del diablo o la obra de Dios. María santísima Madre nos ayude a saber elegir bien y nos inspire pensamientos y acciones en colaboración con la obra de Dios.