En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Viernes 5 Abril 2019

Cuarta semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Juan 7,1-2.10.25-30

Matar

En el evangelio de Juan el término Judíos se refiere a los dirigentes del pueblo hebreo. Son precisamente estos que intentan literalmente matar a Jesús: el verbo griego utilizado es apoktèino – formado por apò, “fuera de, lejos” y ktèino, “mato” – con el significado de “mato, condeno a muerte, destruyo, elimino, termino”.
Los dirigentes del pueblo intentan eliminar, terminar, condenar a muerte, matar a Jesús, pero no por cuestiones religiosas: no es nunca una cuestión religiosa, pero la religión se ha demostrado siempre una óptima capa para cubrir, bajo la autoridad de la santidad de la justicia divina, cada forma de abuso e injusticia, según los intereses de los poderosos. Intentan matar a Jesús porque Jesús está quitándoles su presa, el pueblo.
Jesús inspira al pueblo a hallar una nueva conciencia, una nueva identidad, está despertando a la gente a una nueva e inaudita relación con Dios, está calentando los corazones con los procedimientos del perdón, del compartir, está iluminando las mentes con la fuerza del conocimiento, guiando a los hombres hacia la verdadera inteligencia de la escritura y de su Palabra. Jesús está transformando las ovejas, las presas, en hombres, en hijos de Dios libres y amantes. De esa manera los predadores arriesgan no tener más presas, no tener más carne de cañón, recursos humanos para sus intereses. Los dirigentes del pueblo intentan eliminar violentamente a Jesús porque Jesús tiene la fuerza espiritual de transformar las presas en hombres libres y de arrancarlos de las fauces de los predadores.
Ha sido así, y será siempre así. Jesús no posee ejércitos para defenderse, no sobre esta tierra, sino la fe y el amor de los que creen en él. Cuando la fe y el amor de los creyentes en Jesús, el Hijo de Dios, entren en el corazón de la historia y de las elecciones de cada día, como una marea imparable, entonces serán los dirigentes de los pueblos, los predadores que tendrán miedo y no sabrán qué más hacer, y terminarán siendo olvidados como hojas secas en el viento.