En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 8 Abril 2019

Quinta semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Juan 5,31-47

Además los conozco

Además, yo los conozco: el amor de Dios no está en ustedes. Literalmente el texto dice: además los conozco, el amor de Dios no retienen - verbo griego ècho - en ustedes mismos. Jesús conoce el corazón del hombre, lo conoce por dentro y se dirige hacia aquellos corazones que saben retener dentro de sí cualquier cosa menos el amor de Dios.
El corazón humano puede retener dentro de sí cualquier cosa, toda forma de desilusión, reclusión, apego, traición, presunción, avidez, herida, fracaso, miedo, competición, rencor, desprecio, juicio, vanagloria, orgullo, venganza, y esto es un retener mal, en el sentido que es un retener el mal, un retener dentro malamente lo que es el mal. Esta es la enfermedad más terrible del corazón humano, el origen mismo de cualquier otra desarmonía y sufrimiento. Jesús conoce estos corazones y este proceso de necrosis y muerte y se ofrece como antídoto y liberación, pero sabe también que estos corazones, por orgullo y arrogante protervia, se dejarán envenenar y pudrir sin pedir cura y sanación, de hecho dice: Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida. Ir hacia Jesús significa dejar, dejar con toda la fuerza que tenemos dentro y con toda la fuerza que Dios nos dispensa, de retener el mal dentro, el mal que hemos hecho, el mal que hemos recibido. Ir hacia Jesús y creer en él, es dejar, con determinación absoluta y grande disciplina, de poseer en nosotros pensamientos y diálogos interiores que tienden a retener cualquier mal en cualquier forma se presente. Para hacer entrar a Jesús en nuestro corazón, es necesaria una limpieza de nuestra orientación mental, habitualmente concentrada en retener dentro aquello que ya nos ha sido quitado por los acontecimientos de la vida, sin agradecer y bendecir por todo lo que queda. Sólo si nosotros limpiamos así nuestro diálogo interior, Jesús puede iniciar a devolver nueva vida, vida nueva y verdadera alegría a sus hijos.
Tu nos conoces por dentro, Señor, y sabes que no siempre logramos no retener el mal dentro de nosotros, no siempre estamos agradecidos por todo lo que tenemos y que nos dispensas en continuación, pero sabes también que ir hacia ti, permanecer en ti y tener en nosotros tu amor es nuestro deseo más grande.