En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Martes 9 Abril 2019

Quinta semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Juan 8,21-30

Fariseos

Según Jesús ser un fariseo, más allá de la connotación histórica y religiosa, es una manera de ser interior, una orientación mental bien definida que él mismo se apresura a definir, porque muy peligrosa para la vida.
El fariseo es aquel que investiga sobre las personas, sobre Dios y sobre la vida, pero en realidad no conoce qué sea la honestidad intelectual y ha decidido no modificar la secuencia mental de sus propios prejuicios ni siquiera ante la evidencia; por eso investiga pero no busca, llama a la puerta pero no desea que se le abra, en fin, no desea descubrir la realidad. Examina, pero no capta, mira pero no ve, es curioso, pero no por amor. Jesús dice: ustedes me buscarán, en griego zetèsete. Literalmente el verbo zetèo significa “investigo, examino, indago; pregunto”.
El fariseo es aquel que vive y muere en la presunción y en la arrogante seguridad de saber ver, aunque quedándose ciego ante la realidad. El prejuicio es la absoluta orientación de su mente, Jesús dice: Ustedes morirán en su pecado.
Es aquel que sigue la ley y defiende la moral pero no logra percibir la divinidad de Jesús; critica al prójimo, se alinea con la justicia y la verdad, pero no logra percibir la divinidad de Jesús; acusa a sus semejantes para condenar y combatir al mal, pero no logra percibir la divinidad de Jesús, Jesús dice: Si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.
El fariseo es aquel que se siente dueño del mundo y no reconoce los brazos de Dios como el lugar de la paz y del abandono. Vive la experiencia terrena en una perspectiva religiosa, pero dedicado completamente a la competición y a la gestión del poder, sin mirada ni fe en la vida sin fin en el cielo de Dios, Jesús dice: Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.
Es aquel que vive la tierra y la experiencia terrena como una suculenta ocasión para depredar al prójimo, en nombre del poder, del éxito, de la gloria humana. Su mirada está siempre dirigida hacia abajo, en desafío total con todo y todos en nombre de sus intereses y ventajas personales, protegido por las leyes que él mismo ha compilado, sumergido en el prejuicio, Jesús dice: Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto, literalmente: vosotros de las cosas abajo sois, yo de las cosas arriba soy.
Es aquel que, aun siendo creado por Dios, ha renegado su proveniencia divina, y considera el mundo, la familia, los intereses, los éxitos y las relaciones, los proyectos terrenos como su misma fuente generativa de la cual absorber energía y de la cual tener el completo y total control. Está en perenne guerra con la profecía, con la novedad del espíritu, en revuelta total con las perspectivas y las visiones que no estén dictadas y consolidadas por el sistema. No reconoce en Jesús y en su Palabra ni siquiera lejanamente su proveniencia divina y su amor por nosostros, Jesús dice: Ustedes sois de este mundo, yo no soy de este mundo, literalmente: vosotros sois desde este mundo, yo no soy desde este mundo.
Jesús nos pone en guardia de la peligrosa orientación mental que está al origen de la estructura psíquica y emotiva de la persona más peligrosa en el mundo para la vida: el fariseo.