Tesoro, ¿cuál?
Según el evangelio, acumular tesoros en la tierra, literalmente, tesaurizar en la tierra, es profundamente peligroso. ¿Por qué? Antes que nada porque es un tipo de riqueza-energía que se consume, y aquello que se consume puede ser depredado y robado, no es de Dios, no procede de Dios, sino de alguien más. Por lo tanto tesaurizar en la tierra tesoros terrenos, consumir energías vitales, arruinar la salud, renunciar a los afectos, a la serenidad y a la paz, dedicándose con ansiedad y violencia a depredar a los hermanos por toda la vida, para amontonar riquezas y cosas que se consumen y que después seguramente serán depredadas, porque no proceden de Dios y no conducen a Él, más allá que peligroso es estúpido.
Si nuestro ojo mental y espiritual es tan estúpido y está tan atontado, es tan tenebroso, dice el texto, que hace ver a las riquezas terrenas tan importantes e indispensables, nuestro corazón se pondrá en acción para tesaurizar este tipo de tesoro inútil e inutilizable. Si nuestro ojo mental y espiritual es tan simple y limpio, que hace ver a las riquezas del reino del amor tan importantes e indispensables, nuestro corazón se pondrá en acción para tesaurizar este tipo de tesoro útil ahora, utilizable para siempre y del cual nada y nadie podrá nunca despojarnos.
Aclaración sobre el texto griego. En los versículos 22 y 23 el texto dice literalmente: la lámpara del cuerpo es el ojo, entonces si tu ojo es simple, entero tu cuerpo será luminoso; si, en cambio, tu ojo es malo, entero tu cuerpo será tenebroso. Jesús pone un nexo inédito entre la calidad y el tipo de visión del ojo con la situación del cuerpo, del físico. Ojo simple, cuerpo luminoso, ojo malo, cuerpo tenebroso. Jesús revela una interdependencia, una conexión, una relación inseparable entre la calidad de la visión espiritual del ojo y la salud, la armonía, la calidad de la vida del cuerpo. Según el evangelio, la tipología de tesoro elegido por el corazón, el perfil espiritual elegido por el corazón, tiene una conexión directa e inseparable con la salud y la armonía del estado físico. El tesoro del corazón vale la luz o la tiniebla, la vida y la muerte del hombre.