En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Miércoles 1 Julio 2020

Decimotercera semana del tiempo ordinario

Palabra del día
Evangelio de Mateo 8,28-34

El objetivo

El objetivo de Satanás es reducir a la humanidad en un estado de postración tal que haga que ella misma se arroje al barranco de la autodestrucción, como ha ocurrido con la bandada de puercos nombrada en el evangelio. ¿Cómo hace? ¿Cuál es su sistema de persuasión preferido? ¿Cuál es su sistema de corrupción preferido? El sistema de Satanás es simple y complejo al mismo tiempo. Satanás sabe que todo en la vida del hombre depende exclusivamente de la relación del hombre con Dios. La calidad de la relación del hombre con Dios determina absolutamente todo en la vida del hombre en su relación con sí mismo, con los demás, con la naturaleza. A la luz de este conocimiento, Satanás debe obrar de cada manera posible para arruinar la relación del hombre con Dios. Una de las vías maestras para lograr su objetivo es mantener el mayor tiempo posible a la humanidad en un estado de profunda ignorancia y miedo de Dios y de su verdadero rostro; para este objetivo se revelan muy útiles las religiones y las formas de religiosidad tradicionales. Otra vía muy eficaz es deteriorar toda relación de amor con Dios, transformando la fe y la verdadera espiritualidad en formas mágicas de ocultismo, magia negra, hechizos y sortilegios. Otra de las vías preferidas y más funcionales para Satanás, para arruinar toda relación del hombre con Dios, es la duda, no tanto y no sólo la duda sobre la existencia de Dios, más bien la duda de que él ame verdaderamente a la humanidad, de que se preocupe por su destino y su felicidad. Satanás es maestro indiscutido en el saber insinuar en la mente humana la sospecha de que Dios no nos ame, no nos provea y no le importemos verdaderamente. En este sentido, en los dos endemoniados, de los cuales narra el texto evangélico, Jesús no se encuentra sólo con los dos endemoniados, sino encuentra el pueblo entero de aquella región del Gadarenos que, sin saberlo, ya estaba bajo el yugo y el dominio de Satanás. Jesús no encuentra sólo la furibunda locura de los dos poseídos, sino también la alucinante ignorancia y miedo de aquella población, que no tenía ninguna relación con Dios y vivía sin saberlo en la esclavitud y en la desesperación más ciega y desoladora. Y es así que la bandada de cerdos, que se arroja al barranco para hundirse en el mar, no es otra cosa que la imagen de lo que sucederá a aquella población, si no cambiará orientación espiritual y mental con respecto a Dios, orientación tan deteriorada y conflictiva que se manifiesta con el expulsar a Jesús de sus tierras.