En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Domingo 8 Noviembre 2020

Trigésimo Secundo domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo A

Palabra del día
Evangelio de Mateo 25,1-13

Desconocidos

Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora. ¿Qué entiende Jesús por estén prevenidos?
¿Es una invitación a estar atentos, a permanecer concentrados, a ser avisados, prudentes? No. El texto hace evidente una estrechísima relación entre el término prevenidos y el término sabio. En práctica quien sabe ser prevenido es sabio, quien no sabe ser prevenido es necio. Pero, ¿si estar prevenidos está en estrecha correlación con la sabiduría, qué significa entonces estar prevenidos? Significa volverse, ser conscientes. Volverse conscientes no significa saber más, tener acceso a mayores informaciones, sino significa descubrir el hilo, el hilo de luz y de amor que liga y coliga todas las cosas. Crecer en la consciencia significa descubrir y ver el hijo de luz y de amor divinos que tienen unidas todas las cosas, que ligan los eventos y los seres vivientes. Para volverse conscientes es indispensable pedir a la psique de obedecer humildemente a la percepción luminosa del espíritu para poder ver más allá de los cálculos asociativos y volverse realmente inteligentes, es decir capaces de leer la vida, no de escribirla. Volverse conscientes significa elevar la mirada para captar la vastedad inmensa de la vida, para desatar las ilusiones del ego que restringen toda la vida a un minúsculo campo de fuerzas conflictivas, dedicadas exclusivamente al cuidado de los propios intereses y posesiones, de las propias vanidades, envidias, miedos y celos. Volverse conscientes significa dejar ir por siempre las convicciones y las convenciones humanas, por cuanto sabias puedan mostrarse y de cualquier parte ideológica, religiosa, filosófica estas procedan, y sumergirse en el amor de Dios para abandonarse en él. Aquel que desea crecer en la conciencia espiritual e intelectual no puede jamás por ninguna razón pensar mal de Dios, dudar de Dios, considerarlo culpable de alguna manera por las desarmonías, por el dolor, el sufrimiento del hombre.
La invitación de Jesús, estén prevenidos, es la invitación a ser sabios, a volverse conscientes de la extraordinaria aventura que nos es dada para vivir en este cosmos y en esta dimensión de vida. Estén prevenidos es la invitación a conocer la vida, a leer sabiamente sus procedimientos, el movimiento, es apreciar con amor y humildad el origen y el fin de ella.
¿Por qué es tan fundamental la consciencia para vivir? Porque sólo y únicamente esta consciencia puede generar en la psique, en el espíritu y en el corazón la felicidad que se obtiene a través del ejercicio de la gratitud y de la gratuidad. Crecer en el conocimiento y en la consciencia no tiene otra finalidad que conducir el hombre a recorrer los caminos de la gratitud y de la gratuidad, para no encerrarse nunca más en las jaulas de los prejuicios, de la ignorancia, para no quedarse encadenados a la sed de dominio, lacerados por la envidia, desequilibrados por la vanidad y la avidez, para no vivir de manera necia, descabezada, violenta, agresiva, mezquina, desprevenida, desconsiderada y profunda e insanablemente infeliz.
Estén prevenidos es la invitación amorosa de Jesús a crecer en la consciencia del don maravilloso de la vida, para crecer en la felicidad y en la armonía, porque cuando los hombres y las mujeres nacidos sobre la tierra tocarán a las puertas de las ciudades celestiales, la casa del Eterno, serán reconocidos sólo si sarán hijos felices y agradecidos. Aquel día, el último día, para no ser desconocidos a la Vida será indispensable haber crecido en la consciencia de la vida.