En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Jueves 12 Noviembre 2020

Trigésima segunda semana del Tiempo Ordinario

Palabra del día
Evangelio de Lucas 17,20-25

Sufrimiento y rechazo

Las cosas de Dios, los hijos de Dios no se mueven y no vienen para llamar la atención, sino para inspirar desde dentro la mutación para la vida plena, amante y alegre. Sólo Satanás y sus hijos vienen y se mueven para llamar la atención, para ostentar a todos sus éxitos y los fracasos de los demás. Satanás sobre esta tierra se ha parido unos hijos a su completo servicio. Los más preciosos y poderosos están utilizados para la guerra vertical, desde arriba hacia abajo; Satanás los utiliza para que permanezcan en silencio, quedando invisibles y totalmente desconocidos, pero están en el centro y en el corazón, en el manejo y en el control de todo lo que vale de los principados de la tierra.
Esos hijos son utilizados por mucho tiempo hasta el fin de sus vidas. Luego están los hijos menos preciados, que Satanás utiliza como peones comunes, para la guerra horizontal, la guerra de los pobres, y éstos se reconocen porque, para cumplir sus deberes, necesitan atención, crear escándalos, calumnias y cotilleo, sedientos como son de opinión pública y publicidad. Éstos, una vez usados, son echados fuera y aplastados por Satanás mismo. Los primeros destruyen desde lo alto con el poder, los segundos desde abajo con la opinión pública.
Las realidades y las personas, en cambio, que se sienten hijos de Dios y que colaboran con Dios para su reino, a pesar de todos sus humanos límites, no se mueven para atraer la atención y la opinión pública, para la gloria y las expectativas humanas. Se mueven inevitablemente en medio de sufrimiento y rechazo por parte de los hijos de las tinieblas, pero tienen como único objetivo preparar la llegada del Relámpago.
La espiritualidad y la metànoia no tienen algún significado si no sirven para inspirar a la humanidad a prepararse de manera luminosa al encuentro con él que se define el Relámpago, porque como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.
Cuando el Relámpago llegue en su día, será de improviso para todos los que, demasiado ocupados en servir a Satanás y sus diseños, ya no han tenido tiempo para levantar los ojos y el corazón al cielo, en cambio, para los otros, será gozo, un gozo grande.