En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Domingo 22 Noviembre 2020

Jesucristo Rey del Universo

Palabra del día
Evangelio de Mateo 25,31-46

Respuesta

En cualquier caso, un día u otro, responderemos a Dios de nuestra vida, es cierto. Pero no de la forma que podemos imaginar, no de la forma en la cual nos hemos o nos han acostumbrado a imaginar y a creer.
En realidad, esta página del evangelio no refiere términos de un juicio, no expone preguntas ni razonamientos a los cuales el hombre debe responder, no nombra tribunales ni jurados. El texto no da a entender en algún modo que el pertenecer o menos a una religión, a unos rituales, que la fidelidad hacia preceptos o a la ortodoxia de teologías sea algo discriminante. En verdad, para ser fieles al texto, en estas líneas en las cuales se narra el encuentro de Dios Jesús con la humanidad, no se le pide al hombre responder de la propia vida. En una lectura más correcta y atenta del texto resulta claro que el Hijo del Hombre Jesús no pide un balance a la humanidad, sino simplemente separa la inmensa multitud de la humanidad en dos grandes alas. Una ala de humanidad es invitada por él a ir con él y es bendecida por él. La otra ala de humanidad es echada afuera por él y por él es maldita. Esta es la única ocasión en toda la historia del universo en la cual Jesús Dios cumple un gesto de separación y de alejamiento de la humanidad.
En estas líneas no está escrito como se tendrá que responder a Dios al fin de la vida, no se trata de un cuento profético del juicio último de Dios sobre la humanidad: sería banalmente incoherente con todo el resto del evangelio, más cerca a construcciones mentales humanas que a la infinita amplitud visual e inspiración divina.
Dios no es una realidad religiosa, no es una realidad ritual, no es un conjunto de preceptos, no es una sucesión de deberes, no es una suma de esfuerzos, no es un jurado asentado, no es el pertenecer a una iglesia o a otra. Dios es amor, compasión, compartir, alegría sin fin en la unidad. Dios es amor, es solo amor, siempre amor, todo el amor.
Estas maravillosas líneas del evangelio no nos revelan como responderemos en aquel último día, nada de eso. Nos revelan potentisímamente y sin posibilidad de error cómo estamos respondiendo al amor, ahora, exactamente en este instante. Nos dan la medida exacta y perfectamente perceptible de como estamos respondiendo al amor, al compartir, a la unidad, en el instante presente y no mañana. Nos inspiran perspectivas maravillosas, nos abren conocimientos desconocidos, más allá de cualquier razonamiento, sobre cómo estamos respondiendo, en este exacto filamento de tiempo y de vida, al amor y a Jesús Amor que, por las injusticias de este mundo, se encarna todavía en el numero de los incalculables que tienen hambre, sed y que necesitan todo. Estas palabras del evangelio no nos revelan como responderemos a Dios de nuestra vida el último día, sino nos revelan como estamos respondiendo al amor, al compartir, a la unidad ahora, exactamente en este segundo, en este preciso instante.
No siempre la convicción de responder a Dios coincide de manera automática con el responder al amor. En nombre de Dios de hecho se han podido cumplir inclusive demasiadas cosas horribles y en contra del amor. Pero si respondemos con amor, con verdadero compartir, respondemos ciertamente a Dios y por él seremos benditos y acogidos para siempre en la ala de su luz.