En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Sábado 16 Enero 2021

Primera semana del Tiempo Ordinario

Palabra del día
Evangelio de Marcos 2,13-17

¿Quiénes son?

¿Quiénes son los sanos? Literalmente son los valiosos, aquellos que no necesitan del médico. En griego los sanos son definidos ischyontes,los que tienen fuerza, vigor, potencia”, participio presente del verbo ischyo, “soy fuerte, soy sano, puedo, logro”. Ischys es “fuerza”, la grande fuerza física, la potencia general del ser humano.
¿Quiénes son los enfermos? Son los que “retienen malamente”. En el texto griego del evangelio los enfermos son definidos echòntes, donde echòntes es el participio presente del verbo ècho, el verbo del poseer, del tener y retener apretado en mano, del tener firme, de consecuencia también del pensar, del creer, del considerar; kakòs es un adverbio, que significa justamente “malamente, de malo modo, con malicia, con error”. Se podría por lo tanto incluso traducir que los enfermos son los que “piensan malamente, con malicia”.
¿Quiénes son los justos? El justo es el hombre conforme a la ley, a la norma, en griego dìkaios. El dìkaios es el hombre ecuánime, distributivo, retributivo, es el justificado, él que anula y que se le ha anulado a su vez la deuda, es el libre, él que está dentro de la amnistía.
¿Quiénes son los pecadores? El pecador, en el significado preciso de este término – que en griego suena amartolòs – es él que no da en el blanco. Es un hombre que se ha perdido, es el extraviado, él que vaga fuera del camino.El pecador es así porque está en error con respecto a la elección fundamental del blanco de su propia vida, es él que falta el blanco vital para su vida, se concientra sobre otros blancos no vitales para la existencia, faltando el blanco determinante, por eso está fuera del camino, está extraviado y sigue estándolo de manera continuativa. Para Jesús el pecador es él que se endeuda con respecto al amor, a la justicia por un error, una falta de puntería interior, un error profundo y espiritual en el escoger el objetivo de su puntería y de su dedicación total. El pecador se inventa una desviación en la elección espiritual, intelectual y emotiva del blanco. El pecador es él que hace un error en el elección del objetivo central de su misma vida.
Jesús ha venido para llamar a los pecadores y no a los justos. Llamar tiene un significado bien distinto de su uso común: el griego kalèo, indica precisamente el invitar, el convocar, es el verbo del invitar a unas bodas, del convocar a eventos de gran importancia, es también el verbo del imponer un nombre. Su etimología se remonta al concepto de mensajero, en efecto el acadio kallu significa de hecho “mensajero oficial responsable y apto a convocar las personas a su tarea-oficina de trabajo”. Jesús ha venido para llamar e imponer un nuevo nombre, ofrecer una nueva tarea, convocar a nueva vida aquellos que se sienten y se perciben pecadores y deudores. La propuesta de Jesús, para los que se sienten satisfactoriamente en el justo, es perfectamente inútil, insonora, sin significado.