En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Sábado 27 Febrero 2021

Primera semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Mateo 5,43-48

Ha cambiado

Todo ha cambiado. El Logos de Dios se ha hecho carne y ha venido a habitar entre nosotros. El Logos de Dios, el diálogo interior de Dios nos revela el corazón de su Palabra y de su ser. La Palabra de Jesús no llega para actualizar el Primer Testamento, el evangelio no es una integración de la ley antigua, una modernización necesaria. Jesús, con su propuesta, no ha venido a refrescar el antiguo texto de la ley hebrea, como si estuviera en peligro de caducidad. La acción de anuncio de Jesús no comporta una obra de rejuvenecimiento del primer texto, no es un acabado, tanto menos un accesorio. La Palabra de Jesús no sólo completa, lleva a cabo, ejecuta, cumple la escritura antigua sino cambia todo. Jesús cambia todo, cambia efectivamente todo. Entre Ustedes han oído que se dijo y pero yo les digo, todo, absolutamente todo ha cambiado, han cambiado las perspectivas, la angulación, la óptica, el punto de iluminación, el paradigma evolutivo, los objetivos, el conocimiento, las metas, los horizontes.
Ustedes han oído que se dijo está en el orden de la supervivencia de la especie, es una indicación que tiene como objetivo primero la no extinción de la humanidad: pero yo les digo de Jesús tiene como objetivo así serán hijos del Padre que está en el cielo. Entre Ustedes han oído que se dijo y pero yo les digo no hay integración, no hay continuidad, si no en la línea de la gradación de la obra de la salvación, debida a la dureza del corazón del hombre y a la medida infinita de la misericordiosa paciencia de Dios. Hablar de integración entre la indicación de la antigua ley: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo y la inspiración de Jesús amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen es sugestivo, prosaico, pero irreal. En realidad no comparten nada, no hay conexión, continuidad.
Jesús cambia todo para todos, completamente. Jesús inspira a algo desconocido los reyes de los palacios y los sacerdotes del templo, Jesús inspira a algo que no había ni siquiera en los sueños más osados. En las palabras de Jesús el amor al que él nos inspira no tiene nada a que ver con lo que los hombres con certeza indiscutible consideran que sea; él dice, de hecho, si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? También los hombres profundamente malos, injustos, violentos, ignorantes y vacíos pueden amar a quien los ame, pueden amar a sus familias, a los que consideran sus seres queridos. Jesús cambia todo para todos, completamente. Un día lo entenderemos. Entenderemos que el ancho y la profundidad de sus inspiraciones tienen el ancho y la profundidad del corazón y del amor de Dios Padre, el Dios celestial, el Señor de todas las cosas.