En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 22 Marzo 2021

Quinta semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Juan 8,1-11

Orientación

Caminar con los pies y las piernas hacia una dirección mientras con la cabeza se está mirando hacia otra es peligroso y para nada eficaz. Es la orientación del corazón que determina el viaje de la vida, la orientación de nuestro corazón establece los lugares interiores y exteriores de nuestro viaje, aun si palabras, convicciones proceden completamente por otro lado. Orientación interior propensa a ponerse a criticar continuamente a las personas, a sí mismos y a Dios asegura un viaje en la vida a través de tierras de indiferencia y soledad.
Orientación interior propensa al desafío origina un viaje en la vida a través de tierras resbaladizas llenas de tensión, agitación y sentido de pánico.
Orientación interior propensa a la desconfianza en sí mismo origina un viaje en la vida a través de tierras áridas llenas de indecisión y perfeccionismo.
Orientación interior propensa a la duda origina un viaje en la vida a través de tierras pedregosas sin siembra y frutos.
Orientación interior propensa a la ingratitud origina una viaje en la vida a través de tierras saladas y rocosas saturadas de chácharas y calumnias.
Orientación interior propensa al fastidio origina un viaje en la vida a través de tierras oscuras peligrosamente cercadas por convicciones y prejuicio.
Orientación interior propensa a poner a la prueba a sí mismos causa un viaje sordo y ciego a toda belleza y felicidad.
Orientación interior propensa a poner a la prueba a los demás conduce a un viaje lleno de heridas y tristeza.
Orientación interior propensa a poner a la prueba Dios da origen a un viaje interior que atraviesa los lugares tenebrosos desde la arrogancia hasta la violencia.
¿Con el corazón en desafío en contra de la misericordia de Dios, fastidiado por su ternura, se podrá jamás alcanzar la vía del amor? ¿Con el corazón ahogado en las justificaciones se podrá acercar la transparencia de la verdad? ¿Con el corazón lleno de rencor hacia el próximo se podrá jamás gozar de un poco de paz y felicidad? Es peligroso y para nada eficaz intentar seguir Dios con las convicciones de la mente mientras el corazón está orientado al juicio y a la condena. Es trágicamente injusto y violento hacer mal a nuestros hermanos por amor de verdad y en nombre de la justicia.
¿Quién de nosotros está tan impecablemente orientado al amor, a la verdad, a la justicia, al bien que puede juzgar a los propios semejantes?
¿Puede un corazón orientado en Dios condenar a alguien? ¿Puede un corazón completamente inmerso en el amor juzgar, calumniar, poner a la prueba a los propios hermanos? Sólo Jesús puede decir que es absolutamente inocente y santo, y justamente por esto Jesús no condena sino salva, no aplasta sino levanta , no traiciona sino comprende, no acusa sino sana las heridas. Las palabras, las convicciones, las convenciones, la respetabilidad, el conformismo, la ley, los reglamentos, los preceptos, las normas, las intereses, las mentiras, los engaños, el poder, el miedo, los ejércitos, los tribunales no podrán nunca y nunca jamás esconder completamente la orientación del corazón.
Por esto Jesús en respuesta a los escribas y a los fariseos escribe con el dedo sobre la tierra. Es un signo inequívoco de la total vacuidad de la farsa que ha traído sobre el palco de la acusación esta joven esposa adúltera. Jesús escribe sobre la arena del terreno la perversa inconsistencia, vanidad, fatuidad, superficialidad de la actitud espiritual de los escribas y de los fariseos, que orientados como están al abuso de su posición social, a la negación de la verdad, al atropello de toda belleza, al insulto de la gracia, a la afrenta de la misericordia no podrán que sembrar violencia y muerte. Estar orientados al juicio, al fastidio, a la crítica es escribir una vida inútil, fútil, llena de vanidad y de arena al viento, prácticamente es escribir una vida que no existe.
Jesús dice: Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?. Nadie responde la mujer, porque en realidad quien vive tan orientado al juicio y a la condena de los propios semejantes, delante de Dios y de la vida es como si no exis tiera, es nadie.