En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Jueves 7 Octubre 2021

Vigésima séptima semana del Tiempo Ordinario

Palabra del día
Evangelio de Lucas 11,5-13

Inspirar principios

Sabe inspirar como ningún otro y no deja de hacerlo un solo instante, en todos y en cada uno de los corazones de la humanidad. Él, el Maestro Jesús, es el único Maestro que sabe inspirar desde adentro con la potencia y la ternura del Paráclito. Nada ni nadie en la tierra sabe inspirar así. De esto deriva la potencia extraordinaria y absolutamente única del evangelio. Nada de lo que está escrito y propuesto en la tierra suena en las orejas y en el corazón del hombre de manera tan simple, perfecta, completa en el saber inspirar a la metànoia como el evangelio.
Pero, ¿qué significa saber inspirar? Inspirar es antes que nada mostrar, indicar, proponer a la mente y al corazón, sin producir juicios, presiones o divisiones, que los principios fundadores para ser felices podrían ser otros, para llegar después a hacer experimentar y entender que los principios fundadores para ser felices son realmente otros. Cuando el espíritu acepta hacerse inspirar sobre nuevos principios, entonces está listo para modificar las premisas de las elecciones y de las acciones: la modificación de las premisas hace posible a la orientación mental cambiar las reglas, y esto permite al hombre abrir nuevas perspectivas y elecciones para el propio bienestar y felicidad.
La indicación humana "el tiempo es dinero" se basa en principios de un cierto tipo, que determinan premisas, reglas, perspectivas, elecciones y acciones, costumbres alimenticias, estilos de vida, desarmonías y enfermedades de un cierto tipo. La indicación divina "shabbat-descansa con regularidad y celebra la vida con gratitud" se basa en principios de otro tipo, que determinan premisas, reglas, perspectivas, elecciones y acciones, costumbres alimenticias, estilos de vida, armonías y salud de otro tipo. Luchar por la carrera, la ambición, el éxito, es la actitud de aquel que se ha resignado tanto a la propia miseria espiritual y a la desconfianza psíquica en sí mismo, que se ha aferrado al primer principio de complacer a sí mismo y a los demás a toda costa, para toda la vida. Apasionarse al bien común, al compartir, al bienestar para todos, es la actitud de aquel que cree en sí mismo como hijo de Dios, cree a los dones recibidos de Dios y, con humildad espiritual y productividad psíquica, ha adherido al primer principio de ser feliz y de hacer felices a los demás, sin presiones, violencia, separaciones, para toda la vida, también en tiempo de persecución. Familias divididas y en lucha por la herencia, parejas en separación que se masacran en tribunal por el dinero, la propiedad privada de la tierra, del agua, de los bienes de absoluta necesidad ofrecen el signo claro no sólo de la dureza del corazón del hombre sino sobre todo de los principios que lo alimentan.
Jesús ha venido a la tierra a inspirarnos nuevos principios, nuevos premisas, nuevos procedimientos, perspectivas, elecciones y acciones. Ha venido a la tierra y nos ha hablado e indicado él mismo que es posible cambiar lo que nos parece imposible cambiar, que es posible mejorar lo que nos parece imposible mejorar. He aquí porque en su Palabra insiste tanto y tan a menudo en el no dejar de buscar, de tocar a la puerta, de buscar inspiración y en el dejarse inspirar: También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.