Es la hora
El Esposo está regresando. Es realmente cierto: cada vez que un corazón duro, un corazón de piedra se deshace al amor, se abre agradecido a la belleza, aprende la gratuidad del compartir, invierte todo sobre la potencia del perdón para alcanzar la unidad y la armonía, es signo de que el Esposo ha regresado a aquel corazón.
Pero es también cierto que mujer humanidad no aguanta más. No aguanta más vivir tan dividida dentro y separada fuera, tan estropeada de toda belleza, tan vaciada de toda inteligencia y conocimiento. No aguanta más ver a sus hijos morir de hambre y de privaciones, porqué a alguien le conviene así y todos los demás se han acostumbrado hacer como si nada. No aguanta más ver sus hijos tan engañados y obcecados, que ensucian y arruinan todo lo que tocan y usan, por causa de su codicia, ambición, vanagloria y de su interés. Mujer humanidad no aguanta más ser la esclava de los poderes fuertes, humillada y sometida en su nobleza, en el abuso cotidiano. No aguanta más con una ciencia que no ama al hombre, una política que no ama al hombre, una cultura que no ama al hombre, una religión que no ama al hombre. No aguanta más sentirse estúpida y triste, desnudada y enfangada, en lugar de sentirse esposa predilecta del Señor de la vida.
A medianoche el Esposo llega, esto es cierto. Pero, ¿por qué precisamente a medianoche? Porque no es sólo el final de un día, sino que es el inicio de otro. Medianoche marca la fin de un tiempo, la fin de una manera oscura y tenebrosa de manejar la vida y las vidas. Medianoche marca también el inicio de un tiempo, de una manera luminosa e iluminante de manejar la vida y las vidas.
El Esposo llega porque es hora del tiempo nuevo, que no se mide con el almanaque, sino en el nivel de sapiencia y de inteligencia desarrollado en el amor y en la compartición. El Esposo llega porque es la hora, es hora de abrazar a todos los que lo han esperado con humildad y fe, amor y dedicación también en el tiempo del horror y de la confusión.
Es hora, mujer humanidad, el Esposo esta regresando. Este es el tiempo en el cual tienes que decidir si rendir homenaje a tu Señor o continuar a rendir homenaje a tu estupidez.