En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Sábado 26 Noviembre 2022

Trigésima cuarta semana del Tiempo Ordinario

Word for today
The Gospel of Luke 12:13-21

Codicia

Según Jesús, la vida del hombre no depende de sus bienes, de sus haberes. Para los sistemas mentales, para las costumbres y el estilo de la vida de esta generación, esta afirmación es una perspectiva completamente nueva, asombrosa, prácticamente no compartible, fuera de cualquier lógico realismo. La prueba está en el hecho de que también hoy millones de personas han recibido la orden de combatir y matar y muchas otras, también sin órdenes de lo alto, han tomado en mano las armas por una franja de tierra, por un confín, por la supremacía y el control de una rebanada del mercado mundial, por un contrato más, para llenar un almacén. La afirmación de Jesús no es ciertamente compartible por la política y por la economía de esta generación, pero es un dato real e incontrastable que es la codicia, o sea el tener más, el deseo de tener más grande, el deseo de superioridad, preeminencia, ganancia que está faenando a la humanidad, llenando la tierra de sangre y de toda infame injusticia, ensuciando el agua que debemos beber a la fuerza y el aire que debemos respirar a la fuerza.
Jesús repite con fuerza a esta generación ilusa e desesperada: Cuídense de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas, porque por lo menos él sabe por cierto que el hombre no puede vivir sin agua, no puede vivir sin aire, sin comida, sin libertad y dignidad. La codicia no es un problema moral, sino es una forma de desalineación con las formas más elementares de supervivencia. La codicia es un ácido poderosísimo, el único que de verdad tiene el poder de quemar espíritu, mente y cuerpo sin dejar huellas, excepto en la ceniza y en el humo de los escombros a pérdida de vista.