En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Domingo 27 Noviembre 2022

Primer Domingo de Adviento – Ciclo A

Palabra del día
Evangelio de Evangelio de Mateo 24,37-44

Despertarse o vagabundear

No es cierto que mejor que así no se puede. Cierto que se puede. Hay siempre una vía nueva, para cada cosa es siempre posible una manera diferente y mejor. Todas las hojas son hojas, pero no hay una igual a otra ni siquiera en el mismo árbol. Todas las gotas son gotas, pero en todos los océanos y los ríos no hay una gota que se mueva, brille al sol, moje la tierra o evapore de la misma manera que otra. Todos los rostros tienen ojos, nariz, boca, sin embargo en toda la historia del hombre no hay, ni nunca habrá, un rostro igual a otro. ¿A través de quién o de qué cosa el Señor de la vida puede iluminar, mejorar y evolucionar esta historia si no a través de la novedad, de la unicidad, del sentir individual, de la profecía, de la nobleza que es cada su hijo  despertado por el evangelio?
A esto apunta el velen, mejor dicho, traduciendo el verbo más a la letra, el queden despiertos de Jesús.
Queden despiertos significa permanecer prudentemente alejados de aquella peligrosa actitud mental que es el pensar anestesiado por las opiniones, el vagabundear de la mente sin alguna percepción ni conciencia de la realidad.
Queden despiertos significa no construir nunca unas convicciones personales a través de la repetición de opiniones, ni para adherir ni para combatir una convención de los demás. Este es el sueño que mata el sentir del alma, la propia percepción espiritual.
Queden despiertos es quedar cada instante inteligentemente conectados con el Todo y el Uno, con la belleza infinita y con la armonía, con la sonrisa divina a la cual pertenecemos.
En el tiempo de Noé este quedar despiertos había casi totalmente desaparecido: comían, bebían, constituían familias y estrechaban relaciones, vendían, compraban, sin la mínima percepción que el mundo, aquel mundo estaba para terminar. Un mundo masificado, engañado, a la merced de los poderes fuertes y del opinar colectivo, un mundo que estaba para desaparecer, mientras nadie sa daba cuenta de nada. Queden despiertos nos aleja del estado de olvido total del espíritu, que humilla y mata la inteligencia espiritual de los hijos de Dios, y es origen de toda esclavitud, tiranía, vejación.
Esta es la semilla de la revolución interior del evangelio: queden despiertos, agudos en el espíritu, sensibles a los signos de los tiempos, para nada engañables por los juegos de las opiniones, por la entrometida exposición de los medios de comunicación que adentella cerebros y quema corazones sin sangre y quemaduras.
Es en el íntimo del corazón que cada uno tiene que sentir y decidir si amar o no, si tener fe o no, si abrazar la violencia o el perdón para siempre. Esta es la revolución silenciosa que, a partir del corazón de cada uno, como una levadura imparable puede hacer fermentar de vida, de fe, de amor y de verdadero y compartido bienestar el grande pan que es este mundo.
El diablo está tratando de bloquear y retardar esta revolución del espíritu, este despertar intelectual. Está empujando a construir un sistema de no-pensamiento que se alimente de convicciones a través de la repetición de mentiras y de convenciones, para generar estructuras de pensamiento débiles y masificantes, sin buen gusto y sentido común, pero no lo logrará, porque nosotros somos hijos de Dios, todos diferentes, todos nobles, todos capaces de elegir en el Espíritu de quedar despiertos. En cada uno de sus hijos despertados, el Señor tiene en la mano luz y sal para cambiar la historia, está en nosotros creer en ello un poco más.