En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 27 Febrero 2023

Primera semana de Cuaresma

Palabra del día
Evangelio de Mateo 25,31-46

Él vendrá

Él vendrá y todos los pueblos serán reunidos delante de Él. Él vendrá y no preguntará. Él vendrá y no hará preguntas. Él vendrá y no pondrá interrogativos ni pedidos. Él vendrá y no planteará pretensiones ni reivindicaciones. Él vendrá y no expresará juicios, ni expondrá exigencias, consideraciones, instancias, mociones. Él vendrá y no exigirá cotejos, no conducirá inspecciones, verificaciones, exámenes. Él vendrá y no verificará afiliaciones religiosas, no controlará las acumulaciones meritorias derivadas por el número de sacrificios rituales practicados. Él vendrá y no medirá el porcentaje de los preceptos observados y de la morales respetadas, la suma de los comportamientos legítimos o ilegítimos, de las acciones éticas o corruptas. Él vendrá y no hará una seña a las virtudes, a la ascesis mística, al clero, a las jerarquías religiosas, a las celebraciones, a las devociones, a la inmoralidad, a la participación o menos a las liturgias, a la cantidad de oraciones, a la santidad de los vestuarios, a los sacrilegios, a las herejías, a los dogmas, a los preceptos, a las blasfemias. Él vendrá y no pondrá cuestiones, no abrirá debates, no instituirá procesos, no controlará etiquetas, éxitos, fracasos, ganancias y pérdidas. Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso, no hará preguntas sino hará una afirmación, una única afirmación fotográfica de lo que ya fue. Él vendrá y hará una afirmación para nosotros absurda y, si no fuera por el hecho de que ya nos ha revelado con antelación cuál será, en absoluto imprevisible. Él vendrá y hará una afirmación que en aquel momento nadie podrá nunca más cambiar en sus efectos. Él vendrá y hará una afirmación ineluctable, tuve hambre, esto nos dirá tranquilamente a la cara Dios Jesús, después de millones de años de historia humana, tuve hambre, sed, frío en cada uno de los hijos de Dios que tuvieron hambre, sed, frío. Si un hombre todavía tiene hambre y sed sobre esta tierra, ¿qué sentido tiene nuestro progreso, nuestra civilidad, qué valores tienen nuestros gobiernos, las democracias, los parlamentos, las constituciones? Si cada tres segundos muere de hambre un hombre y cada cinco muere otro de sed, qué sentido y valor pueden tener a los ojos de Dio nuestras liturgias, las ritualidades, las convicciones confesionales, las jerarquías religiosas? Él vendrá y a la humanidad tan llena de éxito, arte, poder, modas, ejércitos, medios de comunicaciones, armas, museos, imperios, escuelas, templos, bancos, academias, culturas, hospitales, prisiones, ideologías, libertad de pensamiento, derechos humanos, organizaciones políticas, humanitarias, ciencias, Él dirá, Él dirá a la cara a esta humanidad simplemente: tuve hambre. Él vendrá y a la humanidad tan arrogante hasta oponerse a las leyes naturales, tan orgullosa hasta negar la evidencia de sus elecciones mortales, tan prepotente y sedienta de dominación hasta someter a sus hijos, tan ávido hasta postrar en la miseria y en la esclavitud más acomodada, dirá simplemente: tuve hambre, seguí teniendo hambre. Él vendrá y esto afirmará. Afirmará algo a lo que no podremos contestar con los programas de la política, con las especulaciones de la economía, con los principios de las morales, con los preceptos de las religiones. Afirmará una verdad absoluta: en toda la historia, en toda la vida que nos ha sido donado para nuestra evolución hacia la luz y la belleza de Dios, no hemos logrado amarnos ni siquiera hasta lograr dar de comer y apagar la sed dignamente recíprocamente, esto afirmará.
Él vendrá y afirmará: tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver. Él vendrá y hará otra afirmación ineluctable: tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron. Esto es todo. Aquí está todo. Lo demás, pías o violentas, son todas, sólo y exclusivamente ilusiones.