Inversamente proporcional
La conciencia y el conformismo legalista son inversamente proporcionales. Cuanto más la humanidad se vuelve conciente de lo que es y de lo que puede volverse en Dios, menos el conformismo legalista puede estar presente en su vida, cuanto menos conciencia está presente en el hombre más el conformismo legalista domina su vida. El hombre no conciente de quién es delante de Dios prefiere ser esclavo y dominado que ser libre y responsable. El hombre que no crece en la conciencia prefiere no tener que decidir nada de su vida, prefiere dejarse arrastrar de una parte a otra por las leyes de los poderosos dominadores del mundo, que están creadas para determinar el conformismo del adiestramiento. El hombre no conciente de sí mismo y de la magnitud de la vida es un hombre débil, frágil, que se engaña fácilmente, piloteable, controlable, es un hombre que se acostumbra a la miseria, a la penuria, al abuso, a la esclavitud, a la inedia. El hombre que no crece en la conciencia interior facilita alianzas mentales esclavizantes con las expectativas y el juicio de los demás, y ese proceso conformista tiene su apoteosis en el abandonarse irresponsablemente al dominio de la ley. El hombre no conciente acoge la vida como una oveja que está parada bajo la lluvia. Los hombres poderosos que mantienen a sus semejantes en este estado de sedada agonía inconsciente deben ser verdaderamente hábiles en dos actividades: la primera es saber utilizar la potencia de la ley hasta abusar de esta con toda forma de agresividad, la segunda es estar siempre, completa y totalmente dedicados mentalmente al juego de la hipocresía, en todas sus formas y manifestaciones.
Hasta Jesús está amargado de tanto desperdicio de belleza y potencia humanas, todas jugadas entre esclavos y dominadores a través del envenenamiento de la consciencia del hombre por medio de las leyes y de las convenciones humanas. Sin embargo Dios ha creado el hombre a su misma imagen y semejanza y le ha concedido potencialidad y riquezas ilimitadas para vivir sobre esta tierra una aventura maravillosa y llena de felicidad. Incluso Jesús está asombrado de tanto poder de vida y de bienestar donados al hombre por Dios Padre y de tanta poca conciencia por parte del hombre en utilizarlos para el bienestar de todos.
Pero ¿qué es la no conciencia y qué es la conciencia? Jesús lo revela en dos palabras. Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. La no conciencia es todo lo que en el camino humano aleja a Dios del corazón del hombre, envolviendo este proceso en el papel dorado de la hipocresía que finge honrar con sus labios y la mente lo que desprecia con el corazón. La conciencia es todo lo que en el camino humano acerca el corazón del hombre al corazón de Dios y lo tiene firme, íntima y suavemente unido a él. Nada mejor que la Palabra de Jesús es útil a esta finalidad. El evangelio es el libro de la liberación porque es el libro de los procedimientos para la consciencia humana.