Pan de Vida
El pan de Vida, en griego hò àrtos tès zoès.
Àrtos, de la raíz sumeria ar “moler”, y del sustantivo har, “harina fina, molido finemente”, se conecta con los términos griegos àrti, “ahora, en este momento, de inmediato, al instante”, àrtios “que se adapta, se encaja, conectado, arreglado, oportuno”, y artào, “conecto”. La traducción literal de àrtos es “pan”, pero este implica la nutrición en general. El mismo sustantivo italiano “pan” deriva de la antigua raíz aria pa ,“nutrir” – en sánscrito “beber” – del cual los términos latinos pàsco, “nutro, crío”, pàbulum “pasto”, pènus “todo aquello del cual uno se nutre”. La raíz aramea de “pan”, lchem, tiene el valor de “nutrir”, “comer”, y su forma nominal designa todo tipo de alimento.
La biblia cita 400 veces el término pan. En el Antiguo Testamento repetidamente Dios habla de sí a través del signo del pan: en el desierto, al pueblo que camina hacia la tierra prometida, él dona el maná como signo de su cuidado, atención y amor; el maná era dicho àrtos. Para el hombre semítico el pan no es considerado sólo como nutrición, sino que simboliza todo tipo de prosperidad. El pan-nutrición no es sólo aquello hecho de harina, dice Jesús en el desierto al divisor, el diablo, hay un pan hecho de cada palabra que sale de la boca de Yahweh (Mateo 4,4). Es decir el pan es considerado símbolo de cualquier otro alimento intelectual y espiritual. El pan es llamado también “vida”, porque elemento fundamental de toda nutrición, tanto que falta de “pan” equivale a situación de muerte. Jesús afirma que el pan es él mismo: Yo soy el pan de Vida (Juan 6,48), Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre (Juan 6,35), Yo soy el pan bajado del cielo (Juan 6,41). El capítulo sexto del evangelio de Juan habla de Jesús-Pan como de todo lo que el hombre pueda desear: sapiencia, fuerza, salvación, felicidad, verdad, lo mejor de lo mejor de cualquier pan que pueda ser dado a los hombres. El pan como alimento une en sí los cuatros elementos primordiales: la tierra de donde brota el trigo, el agua con la cual se amasa la harina, el aire que permite la levitación, el fuego que cuece. Compañero viene de cùm-pànis, porque el pan es unión, es compartición. El pan ha sido elegido con el vino por Jesús como suprema mediación para la celebración de la Eucaristía, para la comunión con él y con los hermanos. El pan de la Eucaristía es el pan nuevo para el pueblo nuevo que sigue el nuevo mandamiento, el nuevo procedimiento del amor.