En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 8 Abril 2024

Anunciación del Señor

Palabra del día
Evangelio de Lucas 1,26-38

La aliada

He aquí la aliada de Dios. He aquí aquella que nunca ha tenido dudas sobre Dios. He aquí aquella que tiene el corazón puro de cualquier rebelión, desafío y alianza esclavizante con el Maligno. He aquí la aliada por excelencia de Dios. ¿Y quién, si no ella, podía ser tienda y templo para Jesús para entrar sobre esta tierra? El ángel sabía bien donde ir, no había en la tierra una aliada de Dios así. El ángel Gabriel saluda a María con el saludo del honor y de la reverencia, con el saludo que le corresponde a los reyes y a las reinas, ella es la aliada sublime del Gran Rey. María escucha la voz y el mensaje del ángel y, aun si todo no es comprensible en aquel momento, no tiene dudas, no discute, no tiene titubeos ni sospechas. Ella confía, se abandona en todo y por todo a su Altísimo aliado y se sumerge en su voluntad y en su amor. Es propio María que, inmersa en el Paráclito Espíritu, para la ocasión se atribuye un título, un nuevo nombre. El ángel la llama llena de gracia, ella responde ser completamente servidora y servidora del Altísimo. El sustantivo griego dùlos indica el ser, el devenir únicamente un instrumento de trabajo, dùlos es un término fuertísimo, es “esclavo, servidor”. Pero ahora, con María, este título significa docilidad y amor, total dedicación de la propia esencia, de lo que ni siquiera ella conoce de sí misma pero que ella confía ser delante de Dios. Es la alianza que se vuelve don total, es la aliada que se vuelve servidora del Todo y del Uno como ninguno en los multi cosmos ha podido ser. María es saludada por el ángel Gabriel con el saludo dedicado a los reyes, de hecho le dice: honor a tí, porque ella es Reina del Altísimo, y María en el mismo instante se reconoce Servidora del Altísimo. María es Reina porque se ha hecho Servidora del Altísimo, pero es la Servidora del Altísimo porque del Altísimo es la Aliada, la totalmente Aliada de Dios, la Aliada sublime y suprema de Dios. Esta alianza sin límites y total con Dios dona a María una potencia inconmensurable para combatir y vencer al diablo y a sus servidores aliados, tanto que le puede aplastar la cabeza con el propio calcáneo. Por esto el diablo no puede soportar ni siquiera por un instante el oír mencionar aun sólo el nombre de María, porque él, que vive exclusivamente para que los hombres se alíen con él para esclavizarlos y someterlos, nada puede hacer con la Aliada de Dios, María, y con todos los hijos de Dios que a María se encomiendan. Las alianzas que Satanás quiere estipular con el hombre tienen la finalidad de someter y dominar completamente al hombre. Alianza con el diablo significa esclavitud. La alianza que Dios Padre inspira a los hombres para cumplir en Jesús tiene la finalidad de liberar al hombre porque se vuelva servidor enamorado del Amor, para donar a la humanidad toda la alegría, el bienestar y la paz posibles. Con Dios alianza significa volverse libres servidores del Amor. ¿Quién mejor que la Aliada, la Servidora del Altísimo, puede liberarnos de las alianzas oscuras y guiarnos hacia las alianzas de luz para una vida maravillosa a servicio del amor, de la belleza, de la felicidad y de la paz? Quien invoca a María y se consagra a ella como la sublime y suprema Aliada de Dios, será al instante liberado de toda alianza con el Maligno, estipulada consciente o inconscientemente a lo largo de la vida, y quien sabe mantener tiernamente el propio pensamiento en ella no podrá conocer la duda y el pensar mal de Dios que conduce a la rebelión en contra de Dios y a las alianzas con las Tinieblas.