Come
Si te alimentas con comida deteriorada, tu cuerpo se marchitará y se enfermará.
Si te alimentas con comida sana, tu cuerpo mantendrá esplendor y vida.
Si alimentas tu mente con pensamientos que huelen a rabia, poco a poco tu corazón, tu aliento y tu piel olerán.
Si alimentas tu mente con pensamientos de desconfianza, poco a poco tu corazón perderá todo optimismo y vislumbre de fe, tus músculos frescura y elasticidad.
Si alimentas tu mente con pensamientos de juicio, poco a poco tu corazón se transformará en un tribunal, tu alma en una jaula, tus ojos perderán luz y vista.
Si alimentas tu mente con pensamientos de expectativas que los demás tienen que satisfacer para contigo pase lo que pase, tu corazón se vaciará de toda posibilidad de amar y se moverá como un histérico, tus articulaciones se debilitarán y te dolerán.
Si alimentas tu mente con pensamientos de crítica hacia ti mismo y hacia los demás, tu corazón se volverá frío, inmóvil y fanático como la muerte, tu sistema inmunitario se volverá débil e ineficaz para defenderte.
Si alimentas tu mente con pensamientos de perdón siempre y de todas maneras, tu corazón tendrá paz, tu alma será fuerte y solar, tu cuerpo sano y esplendoroso.