En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 12 Septiembre 2022

Vigésima cuarta semana del Tiempo Ordinario

Palabra del día
Evangelio de Lucas 7,1-10

Fe grande

¿De dónde nace la grande fe del centurión? Antes de todo nace de su corazón amante, un corazón que, aunque siendo encajado en una armatura de militar, es un corazón capaz de percibir cariño sincero, amistad y reconoscenza también hacia un siervo. La grande fe del centurión tiene su origen también de sua humiladd y honestidad intelectual. Humildad intelectual que produce dos efectos en la capacidad de reconocer la realidad. El centurión reconoce en Jesús, el Señor de todas las cosas, la autoridad suprema a la cual toda la vida, todas las cosas creadas, enfermedad y muerte incluidas, obedecen pronto, sin objetar. El centurión, reconociendo la luz de la realidad divina de Jesús, es capaz de reconocer también a sí mismo, su propia vida, la calidad de  sus propias elecciones, el camino espiritual que aún tiene que cumplir, se da cuenta que su propia vida no camina en la luz de Él al cual ahora se está direccionando implorándolo y de cuanto perdón tiene que pedir al Amor, y no se siente digno que aquel hombre, el Señor, pueda aún sólo entrar en su casa. La grande fe del centurión es fruto también de una profunda, extraordinaria sabiduría, un conocimiento innato y totalmente espiritual que le permite saber de ser cierto, sin alguna duda, que la Palabra de aquel joven hombre de treinta años funciona exactamente como funciona la Palabra de Dios, más bien él mismo es la Palabra que ha creado la ley dominante de las jerarquías energétichas y espirituales. Para el centurión no hay alguna duda: la Palabra de Jesús es Palabra que pertenece a la jerarquía energética suprema, y por lo tanto es Palabra que ejecuta al instante lo que dice, es Palabra a la cual todo obedece. El centurión, de manera conciente o no, vive un estado de conocimiento superior e intuye algo que las personas que lo rodean no pueden mi siquiera imaginar. El centurión habla, razona, se mueve, se relaciona con Jesús como si supiera perfectamente que la potencia del campo energético, la resonancia de la frecuencia revitalizadora del sonido de las palabras de Jesús pertenecen a la jerarquía energética superior y suprema y están tan poderosos que pueden atravesar fácilmente el tiempo, el espacio, cualquier distancia y cultura, convinción y prejuicio, pertenencia social y religiosa, para llevar salud, vida, armonía a dondequiera y a quienquiera.   
Cuando el corazón se hace inteligente y la inteligencia se hace amante como el corazón y la inteligencia del centurión, entonces es posible a un hombre vivir la potencia de una grande fe, de una fe grande, la que maravilla hasta Jesús y lo lleva a decir: Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe.