En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Viernes 23 Septiembre 2022

Vigésima quinta semana del Tiempo Ordinario

Palabra del día
Evangelio de Lucas 9,18-22

Combatir

¿Por qué los ancianos, o sea los dirigentes del sistema político, combaten Jesús? ¿ Por qué los jefes de los sacerdotes,  o sea los dirigentes del sistema religioso, combaten Jesús? ¿Por qué los escribas, o sea los profundos conocedor de la Torah, y los teólogos combaten Jesús? ¿Por qué? Simplemente porque son los que combaten el hombre en su esencia.
Quein combate el hombre combate Dios, quien combate Dios combate el hombre. Es inevitable. Nuna ha pasado en la historia de la humanidad que los que hacían la guerra al hombre no estuvieran contemporáneamente en guerra declarada con Dios, aunque si eran los mismos que sumergían de salmos y de oraciones los templios. Nunca ha pasado en la historia de la humanidad que los que hacían la guerra a Dios no hicieran contemporáneamente la guerra al hombre, aunque eran los mismos que sumergían de constituciones y leyes los parlamentos. Quien combate Dios se encontrará siempre y contemporáneamente a combatir contra el hombre, a hacer la guerra a la humanidad. Quien hace la guerra al hombre está siempre y contemporáneamente en guerra y en conflicto con Dios.
Pero ¿por qué quien combate, combate? Sálo quien sabe que ha perdido encomienza la guerra, entra en el combate. Parece paradójico pero nadie entra en guerra, si en las profundidad de su ánimo no está totalmente cierto que no podrá ganar nunca, o se alcanzar lo que le interesa. Quien combate no se concede nunca un instante de descanso del conflicto, está en guerra con sí mismo, con los demás, con Dios, con la vida, en dondequiera y siempre, porque sabe que ya ha perdido su batalla. Satán ha empezado a combatir Dios sólo cuando le fue claro que no nunca habría podido alcanzar lo que verdaderamente le interesaba, o sea ganar. La guerra está continuada siempre y sólo por los perdedores, por los vencidos, por la gente que sabe que no puede ganar y alcanzar lo que se ha puesto como objetivo. Ha sido siempre la definida sensación de no poder vencer la que llevó la guerra entre los imperios, entre le naciones, entre los amigos, en las parejas, en las relaciones afectivas.
¿Porqué los ancianos, los dirigentes del sistema político, los jefes de los sacerdotes, los dirigenti del sistema religioso, los escribas, profundos conocedores de la Torah, los teólogos han combatido Jesús? No han combatido Jesús para vencerlo, sino porque sabían que con él no habrían tenido nunca ninguna posibilidad de vencer, sabían que con él, más que con cualquier otro, habían perdido ya. Cuando el poder político y religioso combate para eliminar a alguien , lo hace sólo y únicamente porque ha comprendio con certeza que, contra aquella persona y contra lo que aquella persona está sembrando en el nombre de Dios, no podrá ganar nunca.