En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Viernes 3 Diciembre 2021

Primera Semana de Adviento

Palabra del día
Evangelio de Mateo 9,27-31

Conocer

Es indispensable que el hombre conozca esta verdad. Esta verdad ha sido mistificada, traicionada, mal traducida, olvidada y hecha olvidar, ocultada, oscurecida, ridiculizada, humillada, puesta en desgracia, reducida a herejía, vuelta sinónimo de locura, perversión, apostasía. Es la verdad que, si fuera conocida y puesta en práctica por la gente, quitaría en un instante todo el poder a los poderosos y a los dominadores absolutos de la tierra. Si la gente llegara a saber de esta verdad, ya no podrían existir dictadura y tiranía, esclavitud y explotación sobre la faz de la tierra. Las agencias religiosas callan cuidadosamente esta verdad, es más, algunas predican esta verdad como si fuera el mal obscuro, el origen de todos los sufrimientos, de todos los males y de todo el dolor del hombre.
La verdad que Jesús revela de manera potente y maravillosa, utilizable por todos y por cada uno, está encerrada en estas palabras: Que suceda como ustedes han creído. Jesús revela que el deseo del hombre, depositado humildemente en sus divinas manos amorosas, se carga de una potencia y de una energía inconmensurable que puede hacer posible todo lo imposible. Con indecible esfuerzo y rigor, en nombre de Dios y de su divina voluntad, se entrega a la mente y al corazón del hombre, desde milenios ya, la anulación, la negación de esta verdad. Culturas, políticas, ideologías, economías, religiones están todas aunadas por el mismo perverso principio: empujar con todas las fuerzas el individuo a renegar los propios deseos profundos e interiores, porque, desde luego, están en contra de Dios y de su voluntad, sin dudas están en contra de los intereses y del progresar de la comunidad y de la seguridad nacional. Traicionar los propios deseos interiores se ha vuelto el emblema del heroísmo y del honor, de la integridad moral, del proceso ascético y espiritual, del progreso social. Cancelar en el hombre la fuente del deseo y la posibilidad de usar el propio sentir para la propia evolución, homogeneizándolos con el adiestramiento común, es de hecho cancelar el acto de afirmación de unicidad, peculiaridad, novedad, identidad con el cual el individuo ha entrado en la existencia. Si el hombre no es lo que desea y siente en su identidad e individualidad, ¿quién diablo es?
El verdadero milagro que Jesús cumple a los dos ciegos no es sólo el don de la vista, según la potencia de su deseo, sino es la inspiración que él ha generado con la pregunta: ¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden? y la revolucionaria novedad y sapiencia de la respuesta de los dos ciegos: ¡Sí, Señor! Jesús inspira los dos ciegos a reconocer en sí mismos la potencia, la verdad, la pulcritud, la gracia, la fuerza de su deseo, y la respuesta de los ciegos es una respuesta que revela como en aquellos dos corazones ha nacido el conocimiento de la verdad:Sí, Señor, nosotros ahora sabemos que tu lo puedes todo y todo será hecho según la fuerza y la luz de nuestro deseo.