En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Miércoles 8 Diciembre 2021

La Immaculada Concepción de Santa María Virgen

Palabra del día
Evangelio de Lucas 1,26-38

Yo soy la servidora del Señor

Los hijos de Dios no han nacido para ser esclavos de alguien. Los hijos de Dios no han sido criados para someterse a los otros hijos de Dios. Los hijos de Dios son bellos y resplandecientes como los ángeles y no pueden ser sometidos a nada ni a nadie sobre esta tierra.
Justamente porque son hijos, criados y dados a la luz por Dios, no pueden ser hijos de nadie más sobre la tierra y si se someterán a otras paternidades y maternidades terrenales, se volverán esclavos, traicionarán su propia esencia espiritual y perderán su majestuosidad y su honor. Justamente porque son hijos del Señor de Señores, el Rey Dios Altísimo, no pueden ser propiedad de ningún otro rey ni poderoso de la tierra y si se someterán a los reyes y poderosos de la tierra, traicionarán su inteligencia y perderán su dignidad y honra. Justamente porque son hijos del Amor de Dios pueden pertenecer sólo al Amor y a ninguna otra fuerza de esta tierra. A cualquier otra dimensión y fuerza, poder y autoridad los hijos de Dios se someterán, perderán su propia esencia y majestuosidad y tendrán que vivir hundidos en la miseria y en la resignación.
María afirma ser no la esclava, ni la sometida, sino la servidora del Señor. Servidora del Amor, servidora de Dios. Aquel que se hace servidor del Amor conocerá la potencia interior de la paz y del perdón, del no juicio y de la gratitud, pero no será nunca esclavo de nadie, no estará nunca sometido a nadie. Aquel que se hace servidor del Amor no dividirá su corazón entre padres y madres, entre hijos e hijas, competiciones y éxitos, no dividirá su corazón entre patrones y reyes, entre ideologías y pertenencias. María, diciendo "sí" a Dios, afirma ser la servidora del Señor, la servidora del Amor y de nadie más, servidora feliz y agradecida incluso frente a aquella propuesta tan ilógica e incomprensible del ángel, incluso frente al misterio y a lo inexplicable.
Los hijos de Dios o se vuelven valientes y reales, humildes y felices servidores del Amor o serán débiles, inertes, miedosos, deprimidos, sometidos y subyugados esclavos de cualquier otro poder, estupidez y vergüenza.