En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Lunes 31 Enero 2022

Cuarta semana del Tiempo Ordinario

Palabra del día
Evangelio de Marcos 5,1-20

El tormento

Jesús es el tormento de los demonios, ¿por qué? Porque Jesús logra inspirar sin esparcir sangre y, si debe esparcir sangre por las manos de los violentos, deja que sea su sangre a ser esparcida. Jesús es compasivo con todos, invita a la humildad pero nunca humilla al hombre por su debilidad. Jesús es el tormento de los demonios porque él no se dirige a los líderes y a los poderosos de los pueblos, tanto políticos como religiosos, no revela su sabiduría a los eruditos y sabios de la tierra, sino a los pequeños y a los humildes. Jesús es el tormento de los demonios porque no utiliza el miedo y el terror, el engaño y la ignorancia para ser escuchado sino el entusiasmo, la ternura, la sabiduría y la inteligencia de su Palabra. Jesús es el tormento de los demonios porque Jesús los expulsa del hombre y de la historia de la humanidad y los demonios se sienten aún más solos y desesperadamente devastados sin la cercanía del hombre.
El demonio vive para ser elegido por el hombre y no puede vivir sin tener la preferencia del hombre, en esto está su ardiente tormento. Los demonios saben que si logran ser elegidos por el hombre es siempre una elección sin amor y, si logran tener la preferencia del hombre es siempre para interés y cálculo, no por cariño. Los demonios no pueden amar ni ser amados, ésta es su condena y su infierno: pueden sólo poseer y dominar. Los demonios, sean angélicos como humanos, no tienen otro propósito en su existencia que empujar a los hombres a lograr sus objetivos sin elegir y usar nunca el amor, sino eligiendo y usando el dominio, la prepotencia, la codicia y la violencia que generan temor. Satanás sabe que no puede ser amado, así que no le queda que ser temido, sabe que no puede ser acogido por entusiasmo y por lo tanto no le queda que la imposición y la constricción. Sabe que no puede ser buscado por la belleza por lo tanto no le queda que persuadir con el terror. Satanás tienta a los hombres a vivir de la misma manera, así que los hombres prefieran ser temidos que amados, buscado por el poder en lugar que por la capacidad de amar, por la belleza exterior, el prestigio antes que por la belleza de su espíritu y la sabiduría de su inteligencia tendida al bien. En esta tentación de Satanás se esconde un gigantesco engaño. Satanás nos empuja a vivir como él, a usar como él el no amor, la no vida, pero entre nosotros y él hay una abismal diferencia. Satanás se ha puesto contra Dios y ha renunciado al amor y vive sin amor porque ya no puede usarlo más en ninguna de sus infinitas manifestaciones, mientras el hombre no está absolutamente obligado a vivir sin amor, el hombre en cualquier momento puede decidir por el camino del amor y de la belleza, de la ternura y de la compasión. El gran engaño de Satanás es convencer al hombre que él también tiene que vivir sin amor, porque también el hombre como Satanás no tiene otra vía. Ésta es la mentira más peligrosa de la historia. El hombre también ha rechazado a Dios, se ha puesto en revuelta con el Amor de Dios como Satanás, pero la decisión humana se ha puesto a un nivel dimensional y de conciencia completamente diferente a la de Satanás. Satanás no puede usar el amor, el hombre en cambio, si reconoce húmilmente su falta, en Jesús puede volver a Dios cuando quiera. He aquí porque Jesús es el tormento de los demonios, porque en Jesús, por Jesús, con Jesús la humanidad puede reelegir la vía del amor y de la vida para siempre.