En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Jueves 6 Mayo 2021

Quinta semana de Pascua

Palabra del día
Evangelio de Juan 15,9-11

Fuerza Gravitacional

Para caminar, correr, saltar, el cuerpo debe echar las cuentas con el campo gravitacional terrestre y aceptarle naturalmente sus leyes dinámicas; dentro de ésas encuentra el equilibrio que le permite el movimiento. Si el cuerpo se moviera sin respetar la fuerza del campo gravitacional terrestre, no podría hacer nada más que quebrarse y estrellarse. El cuerpo, en cada movimiento suyo, acepta perfectamente esta fuerza, pero la mente no, puede incluso convencerse que no tenga que depender de éste.
El amor es el campo gravitacional existencial en el que Dios nos ha puesto. Es el amor que todo genera, que todo sostiene, es el amor la fuerza a la que todo obedece y en el que todo encuentra movimiento, armonía y equilibrio. El espíritu, en cada movimiento suyo, sabe eso y acepta este campo gravitacional energético, pero la mente, nuestro ego engañador, no, no lo acepta, piensa poder prescindir de eso.
Vivir haciendo como que no exista el campo gravitacional espiritual del amor es la más terrible y destructiva ilusión de la mente. No se puede realmente vivir lejanos y desarraigados del campo gravitacional espiritual de Jesús y del Espíritu Paráclito. Convencerse que se puede vivir no sumergidos en el campo gravitacional de Su amor es decidir apagar la vida, es decidir hacer enfermar la armonía, hacer podrir la belleza, privar de sentido toda cosa, cancelar la felicidad. La invitación de Jesús es: Permanezcan en mi amor, literalmente, quedad en el amor aquel mío: es una invitación para no hacer un paso sin quedar en Él y en la fuerza gravitacional de su amor. Su amor es diferente de todo el resto, es el origen de todo, es la frecuencia generatriz, es la frecuencia madre de toda cosa. Se podría decir, por paradoja, que las palabras de Jesús, más que al nivel de la mística y de la metafísica, son una invitación al nivel de la física a abrazar para siempre la física del corazón.