En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Martes 11 Mayo 2021

Sexta semana de Pascua

Palabra del día
Evangelio de Juan 16,5-11

Será claro

Cuando nuestro deseo de luz y de Espíritu crecerá e inundará nuestro corazón más allá y por encima de cualquier otro deseo, entonces saldremos de las nieblas de esta oscuridad generada por la ignorancia y por la arrogancia, seremos instruidos desde adentro y nos quedará claro. Nos quedará claro desde adentro, nos quedará claro completamente e inmediatamente cuánto mal hemos hecho, cuánto mal hemos hecho realmente a la vida, a nuestra vida, a la vida de todos, viviendo tan lejos de Dios y del amor. Nos quedará todo claro y perfectamente definido y percibiremos una sensación dolorosísima y devastadora y, si no estamos arraigados en Dios, agarrados a Jesús, sumergidos en el Espíritu, en el abrazo de María, será una sensación insoportable, tan insoportable que será mortal. En aquel momento nos quedará absolutamente claro que el gran pecado, causa y principio de cualquier otro pecado del mundo, ha sido no creer en Jesús y no encomendarse completamente a él y a sus procedimientos para garantizar la paz, la salud, la libertad, la felicidad a nuestra vida. En aquel momento nos quedará absolutamente claro cómo hemos errado en la justicia, cómo ha sido posible cumplir el más delirante acto de injusticia de la historia que ha sido causa y principio de cualquier otra injusticia y corrupción de la existencia. La más grande injusticia es haber confundido el hecho de que Dios se ha vuelto invisible a nuestros ojos, y nos ha dejado libres en nuestras elecciones, por amor y respeto de nuestra libertad y para no obligar a nadie a creer en él, con un signo de abandono de Dios, llevándonos a pensar mal de él. En aquel momento nos quedará absolutamente claro que el único juicio que teníamos que ejercer mentalmente y del cual teníamos que estar absolutamente ciertos era la conciencia de que el enemigo, Satanás, ya ha sido vencido por Dios, y que no tenía ningún sentido colaborar con él para la extensión y la realización de nuestros proyectos, si no únicamente para extender de manera incalculable dolor, miseria, locura, tristeza, enfermedad y muerte.
 Si aquel momento, a pesar de todas nuestras pobrezas, nos encontrará humildemente sumergidos en Dios, para nosotros será posible una espléndida evolución espiritual y social. En aquel momento el espíritu se repondrá en eje y en perfecta resonancia con la fantasía, la ternura, la gentileza, la potencia de su amor y nosotros seremos sólo amor para todo el amor.