En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Viernes 7 Mayo 2021

Quinta semana de Pascua

Palabra del día
Evangelio de Juan 15,12-17

Suspensión

En un minuto, cincuenta y nueve segundos están vividos en suspensión, medio segundo en el ansia, el otro medio en un estado mental y emocional variable. Es así para todos los minutos, para todos los días, para toda la vida. Lo que es siempre, inequívocamente estable en la vida del hombre es el estado mental de la suspensión. Siempre estamos suspendidos entre pasado y futuro. Siempre suspendidos entre deberes y deseos. Siempre suspendidos entre sueños personales y expectativas de los demás. Siempre suspendidos entre oportunidades y obstáculos. Siempre suspendidos entre ambición y pereza.
Suspensión por lo que hay, suspensión por lo que no hay. Suspensión por lo que es, suspensión por cómo tendría que ser. Suspensión por lo que deseamos que llegue, suspensión por lo que rogamos que no llegue. Suspensión por lo que tenemos y no se quiere perder, suspensión por lo que hemos perdido pero que no queremos dejar que se vaya.
El estado de suspensión es tan continuativo y omnipresente en el hombre, que le permite la primera, aunque perversa, experiencia de eternidad. La suspensión es más familiar para la mente humana que la idea misma y la presencia de Dios. La suspensión es la primera y más fuerte sensación que acompaña al hombre desde el nacimiento; con el tiempo se vuelve más precisa y definida que la percepción misma de su esencia y se sustituye a cualquier otra sensación, emoción, personalidad y a cada otro proyecto. La suspensión está tan presente en la mente del hombre que se ha vuelto difícil reconocerla y sentirla, un poco como el pez, que no logra ver ni percibir el mar en el cual está sumergido. Es el estado de suspensión que vuelve infelices, mejor dicho él es la infelicidad misma.
Dos son los momentos en que la suspensión se atenúa y se calla: el momento en que uno decide venganza y el momento en que uno decide perdón y amor. La venganza hace callar la suspensión y por eso procura, aunque momentáneamente, una cierta forma de placer y satisfacción; el amor apaga y puede apagar definitivamente la suspensión y por eso dona gozo verdadero y durable.
Dos son las gemas preciosísimas de Jesús para desvincularse para siempre del estado de suspensión y de la infelicidad.
Primero, nos ofrece un procedimiento para aprender a amar verdaderamente. Dice de hecho: Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. Literalmente: Esto es el procedimiento [en griego: entolè] el mío: que os queráis los unos con los otros como (yo) he querido a vosotros. Esto nos propone Jesús como victoria sobre el estado devastador de la suspensión; el procedimiento ganador es su forma de amar, su forma de comprender, de tener compasión y misericordia, sin venganza ni desafío, ni lucha ni conflicto.
Segundo, nos ofrece una fuente de sabiduría y conocimiento inaudita, la realidad, la verdad suprema, inicial y recapituladora: No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Literalmente: No vosotros me habéis elegido (para vosotros) a mí, sino yo he elegido (para mí) a vosotros y he colocado a vosotros para que vosotros vayáis y fruto traigáis y vuestro fruto siga existiendo, para que cualquier cosa pidáis al Padre en mi nombre dé a vosotros. La verdad que él ha elegido a nosotros y nos ha elegido porque llevamos frutos de felicidad y bienestar, si acogida y amada en el alma y en la mente, tiene el poder de deshacer definitivamente todo estado de suspensión y de ansiedad. Es inútil saber entre otras cosas que, desde el instante en que Satanás se ha desarraigado de Dios y de su amor, para él y para sus ángeles no hay otro sitio donde estar, no hay otro respiro para respirar, otro abrazo donde abandonarse, que el estado de suspensión, suspensión eterna, suspensión impresionante, suspensión fría, suspensión vacía como la suspensión. La suspensión es el estado de ánimo del diablo.