En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Domingo 24 Julio 2022

Decimoséptimo Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Palabra del día
Evangelio de Lucas 11,1-13

Fuerza del deseo

Buscar es del hombre.
No de todos los hombres, pero del hombre sí. Buscar para sí mismos, para los demás. Buscar apasiona, incuriosisce, inquieta, crea expectativas. Buscar es predisponerse a encontrar, buscar mantiene en movimiento. Buscar es seguir un camino que quizás conduce a caminos nuevos.
De alguna manera buscar ya es encontrar. Buscar es desear, dejarse coinvolgere, escavar, puntare la nariz y la mente.
Se busca todo y el contrario de todo.
Felicidad, gozo, compañía, satisfaciones, relaciones, familia, casa, trabajo, posición social, llenar el depósito del coche, el divertimiento. Se busca compañía para una buena noche entre amigos, o una buena mesa en el restaurante. Alguien intenta no gastar mucho, alguien intenta gastar mucho. Quien busca satisfación ayudando a los demás y quien dañando la vida a los demás. Hay quein busca la tranquilidad, otros la agitación. Quien busca relaciones para vencer la soledad, quien busca la soledad para vencer las relaciones. Quien intenta vender, otros intentan comprar. Quien busca la paz y quien la guerra.
Hay quien busca compromisos y quien busca el aburrimiento, quien intenta sanarse y quien da suicidarse.   
Hay libertad de pensamiento, hay libertad de búsqueda.
Cadauno busca lo que quiere y lo que desea.
Pero pocos saber una cosa, cómo funciona verdaderamente el tema del buscar, una cosa que Jesús revela en esta página del Evangelio.
Normalmente acogemos estas palabras de Jesús como una clara indicación sobre la potencia de la oración, y en parte es así, pero no completamente.
La pregunta de los discípulos a la cual contesta Jesús es: Enséñanos a rezar, y Jesús contesta enseñando el Padre Nuestro y luego con una parábola explica y nos hace conocer cómo funciona el mecanismo del buscar y del deseae. Con estas palabras Jesús no quiere sólo invitarnos a rezar con insistencia y fe para todo lo que buscamos y lo que necesitamos y que quizás parece que no llegue, pero hay más, mucho más.
Cuantas veces se oye decir o hemos pensado: “El Señor no me escucha, no me socorre en mis necesidades”, o: “Me ha ocurrido exactamente lo contrario de lo que había pedido,  mi vida es desafortunada, beatos los otros a los cuales no les pasa nunca algo malo”.
Jesús hoy nos revela una cosa grandiosa. 
Jesús dice: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Es claramente una estupenda invitación a la oración, pero miremos mejor dentro de esta invitación, acojamos estas palabras no como invitación, sino como un dato real, no como qué podríamos hacer, sino que efectivamente ocurre ya cada instante en el cual pedimos y deseamos.
Pedid y se os dará no significa sólo: insistid y tendréis, sino que si pedimos nos será dado, siempre. Parece la misma cosa. No. Jesús quiere decir que todo lo que nos ocurre y nos llega, siempre, siempre en todos los sectores de la vida, en cada instante, es lo que deseamos, aunque no estamos siempre concientes, pero es lo que deseamos.
Jesús nos revela que todo lo que buscas, de verdad, encuentras. Y también si a tu mente non parecía propio de haber buscado lo que te ha llegado, en alguna parte, de manera profunda y firme tú has pedido a la vida lo que te ha pasado, a lo contrario no te habría  llegado nunca.
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá” dice qué pasa y cómo pasa y qué ocurre siempre aunque no lo sabes. Siempre ocurre que lo que pides verdaderamente te está dado, lo que buscas encuentra, donde llamas te será abierto. Siempre y perfectamente.
No es buenísmo a hacérselo decir y no es simple a aceptar y a explicar, pero es así, Jesús nos quiere hacer conocer que todo lo que nos ocurre lo estamos deseando con todas las fuerzas.
He aquí que se hace muy importante conocer qué efectivamente deseamos y con qué fuerza lo buscamos, porque el juego de la vida está aquí. De hecho, prosigue Jesús, cadauno que pide recibe y quien busca encuentra y a quien llama le será abierto.
Si la oración para tu conversión no parece tener riscontri, ahora sabes porque, porque hasta que una parte de ti rece para tu conversión, una parte más profunda y convencida la conversión no la quiere y no la busca para nada.
Cuantas veces has llamado a puertas que nunca se han abiertos, porque en realidad, con el corazón y con todo el deseo, nunca has querido llamar a aquellas puertas, y nunca has deseado verdaderamente que se abrieran.
He aquí, ahora intenta leer otra vez las palabras de Jesús sobre la potencia del deseo cuando viene del alma, y eventualmente empieza a entender cuales deseos reales guían tu vida, y como y cuales querrías cambiar.
En el libro del Siracide esta verdad está expresada y revelada de manera clarísima: No digas: Me he desviado por culpa del Señor […] No digas: Él me ha extraviado […] Él te ha puesto delante fuego y agua; extiende tu mano a lo que quieras.Ante los hombres está la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo que prefiera
Absolutamente nada es por acaso, lo que se abre y lo que se cierra en nuestra vida no es que lo que elegimos y deseamos, concientemente o menos, un instante a la vez.