En esta sección cada día es posible encontrar una reflexión sobre el Evangelio del Día.

Viernes 29 Julio 2022

Santa Marta

Palabra del día
Evangelio de Lucas 10,38-42

Pensar mal

Marta, sin saberlo, nos revela la razón del porqué está siempre así agitada, ansiosa, ocupada, preocupada, siempre distraída por las muchas cosas a hacer. Lo revela a travér de las palabras que dirige a Jesús: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. Marta reprocha y juzga Jesús como uno al cual no le importa nada de lo que pasa en el momento presente, como un desinteresado, un pasota indiferente y, además, añade imperiosamente a Jesús, el Hijo de Dios, que ejecute a comando la orden de rellamar al deber la hermana María. 
Éste es la razón por la cual Marta está tan agitada, siempre ansiosa y preocupada. Sin saerlo y sin darse cuenta Marta piensa mal de Jesús y, en Gesù, de Dios. Pensar mal de Dios no significa ser malos, sino significa orientar los pensamientos al criticar y al juzgar Dios y lo que según nosostros es su acciones y su voluntad. Pensar mal de Dios, pensar que no se entere de nosotros y de lo que se nos ocurre, que no nos ame desconfinadamente cada instante es el diálogo interior que crea el estado emotivo de la agitación y de la preocupación, que crea la reacción emotiva del ansia. Es el pensar mal de Dios y reprochar de desinterés para nuestra vida que crea la emoción del miedo de no lograr, de no ser capaz. Es pensar mal de Dios que, con el tiempo, genera también la arrogante imperiosa convinción de poder ordenar a Dios qué debe hacer según nuestra voluntad y necesidad. Pensar mal de Dios significa considerarlo de alguna manera culpable de como anda nuestra vida. 
Jesús contesta a Marta con dulcísima e infinita paciencia pero con igual claritud, y le revela que, a través de esta manera de pensar, ella se ha elegido para la vida la parte peor, el sistema mental que asegura, sin falta, infelicidad, perenne preocupación y ansia. Esta actitud mental impide al hombre de poder sumergirse en la oración y en la meditación, de sumergirse con provecho en la Palabra de Dios para comprenderla en su vastidad y riqueza.
María no es más buena que Marta, no es santa a priori, pero en su sistema de pensamiento no está el pensar mal de Jesús, no está ni siquiera la lejana perspectiva que Jesús sea culpable de algo, no está la altanería de doblarlo a su propia voluntad, y esto la dispone de manera amante a la escucha humile y serena del Señor y de todas las cosas. No pensar nunca mal de Dios es el primer indispensable paso para poderlo sentir presente en el propio corazón y empezar a enlazar con él una estupenda relación de amor y de confianza.